- * YuneA * -

..every night I see the world bleed..

jueves, 31 de marzo de 2011

El cazador cazado... cómo no.


Salí a la calle y respiré el aroma de la noche.

Todo parecía indicar que las horas siguientes iban a ser espectaculares en todos los sentidos. La Luna observaba expectante cuanto sucedía bajo su blanco, y casi cristalino, brillo y yo sentía como las estrellas guiaban mis pasos uno a uno.

Caminé durante varios largos minutos hasta dar un con local apartado, su música parecía invitarme a entrar y, una vez dentro, me alegré de haberlo hecho.
Su interior estaba ambientado en un estilo rock-alternativo, había mesas altas y bajas, de varias formas cuyos colores alternaban entre el rojo, negro, azul marino, morado oscuro y ligeros detalles en blanco; los asientos eran pequeños sillones a juego con las mesas y alguna que otra alfombra adornaba el suelo en el que se posaban. Al fondo sólo quedaba una pista de baile, repleta de gente, cuyo suelo parecía ser de mármol negro con motas blancas pintadas de manera aparentemente aleatoria.
El sitio en cuestión me resultaba increíblemente acogedor. La gente charlaba alegremente mientras sujetaban sus bebidas en la mano o bailaban de manera sensual y provocativa en busca de un receptor capaz de igualar o calentar aún más aquel ambiente.

Casi extasiada por la situación del lugar, me dirigí a la barra y pedí una copa.
Ya con mi trago en mano, decidí sentarme en una mesa libre en un rincón de aquel local y seguir inspeccionando a la gente con mayor detalle en busca de una buena compañía entre todo el gentío del lugar, cuya variedad era evidente dado que podíamos encontrar desde chicos altos, rubios, metro ochenta y con ojos verdes de rollo pijo, hasta enclenques y pecosos pelirrojos con crestas y aspecto after punk con un toque más desaliñado de lo normal.

Concentrada en mi búsqueda, apenas pude apreciar la sombra que se me acercaba disimuladamente por detrás...
- Madame, espero que disculpéis mi atrevimiento; pero me gustaría ofrecéos una copa y, si aceptaseis, mi conversación, que no es ni monótona ni excesiva...

Me giré en busca del recipiente de aquella aterciopelada voz y me encontré, ante mi sorpresa, a un joven alto, de pelo color castaño claro, ojos verdosos y de una forma física bastante atlética. Atónita ante semejante figura, respondí con un gesto de aprobación, indicándole que tomase el asiento que quedaba libre ante mí.
- Me llamo Gérard -dijo mientras besaba mi mano y tomaba asiento-, es un placer conoceos señorita...
- Puedes llamarme Yunea.
- Encantado, Yunea.

Comenzamos a charlar. Parecía un tipo de los que ya no quedaban: cordial, ingenioso, atrevido y confiado; pero sin arrogancia o pesadez alguna. Su conversación era muy variada y su manera de hablar era acogedora y cálida; su voz parecía invitar a la mente a dejarse llevar y tomar partido en toda la conversación, incluso sin necesitar articular palabra alguna.

Pasaron las horas y, sin darnos cuenta; ya era la hora del cierre del local:
- Madame, me gustaría acompañaos a vuestra casa, si me lo permitís. Estas no son horas de que una dama como vos vuelva sola y sin nadie que la proteja si surgiese la necesidad...
- Bueno, no veo inconveniente en que me acompañéis -dije mientras nos poníamos en marcha-. Incluso me gustaría ofreceos una última copa en mi casa, por las molestias e inconvenientes de vuestra decisión...
- Me encantaría -respondió mientras me ofrecía su brazo.

Acepté.
Nos dimos un largo y entretenido paseo de vuelta a la mansión. La Luna nos observaba atentamente a medida que volvíamos juntos y las estrellas adornaban el cielo como si fuesen pequeñas lupas de un millar de personas expectantes de cuanto fuese a pasar.

Gérard estaba aún más espectacular bajo la luz lunar de lo que esperaba. Sus ojos brillaban de una manera atrayente, su mirada penetraba en mi alma a cada segundo que pasaba más y más profundamente, mientras tanto, sentía como sus brazos me rodeaban por la cintura y subían lentamente por mi espalda a la que se acercaban a mí, sin apartar la mirada ni un instante; como si, ese brillo, se dedicase única y exclusivamente a desarmarme por completo.

- Yunea, no puedo más -dijo mientras respiraba mi aroma y se aproximaba hacia mis labios-. Yo... yo necesito...
- Shh...-y le besé.

El beso duró unos minutos, aunque apenas parecieron segundos. Cuando me separó de su cuerpo, Gérard tenía una aspecto diferente; sus ojos ya no eran verdosos; sino completamente azules y ya no parecía ser el hombre caballeroso que había sido durante el resto de la noche. Me apresó, aspiró mi aroma y, con una voz completamente distinta me susurró al oído:
- Ya es hora de entrar en casa, muñeca...

Apenas tuve tiempo de reaccionar, seguía presa de sus brazos mientras él forzaba la cerradura de la mansión. Instintivamente se movía por la casa como si ya conociese perfectamente cada rincón de los pasillos y habitaciones que la conformaban; y no tardó en llevarme a mi habitación.

Aunque esa no era la mayor sorpresa con la que iba a encontrarme aquella noche.

Forcejeamos unos minutos hasta que, sin darse cuenta, Gérard descubrió sus colmillos. Mi asombro no tenía límites: de todos los sitios a los que podía haber ido; de todos los seres a quien podría haber traído a mi casa, había conocido y ligado con un vampiro.

Se incorporó y me confesó que, efectivamente, era un vampiro.
- Esta noche, tú eres mi presa, Lady Yunea. Esta noche, secaré tu cuerpo hasta limpiar tu alma. Esta noche... -dijo mientras me ataba a mi cama- Seré lo último que veas, que saborees y que sientas antes de morir.

Atónita por cómo estaba acabando la noche, intenté buscar la manera de liberarme de aquellas cuerdas; de hacerle pagar a aquel desgraciado lo que tenía pensado hacerme en contra de mi voluntad. Sin éxito alguno, recurrí a mis pulmones y usé todas mis fuerzas para llamar a Jack para que me liberase.

Nadie respondió a mis gritos de auxilio. Mi voz resonaba por toda la mansión; la única respuesta que obtuve era mi propio eco.
Mientras, Gérard reía como loco y se regocijaba ante mi sufrimiento por la idea de que toda mi existencia pudiere acabar ahí, en mi habitación, a manos de un puto loco que pensaba beberse mi sangre y mi alma.

Mi furia iba en aumento y mis esperanzas disminuían a cada segundo que trascurría.
De repente, como si mis pensamientos hubiesen atraído unas fuerzas invisibles; Gerárd salió disparado por los aires:
- Yuny -era la voz de Morganna-, ¿estás bien?
- ¡Morganna! Gracias al cielo, pensé que no había nadie.
- Tranquila -dijo mientras me liberaba de las cuerdas-, ahora ya podemos darle a este payaso lo que se merece.

Me incorporé y le indiqué a Morganna que se quedase atrás. Recuperé las cuerdas con las que me habían apresado y las usé como látigos sobre el cuerpo, aún consciente, de Gerárd.
- Muy bien, pequeño loco; si quieres jugar -dije mientras me acercaba a él-, jugaremos a mi manera... Morganna, usa esto para atarle los brazos a las piernas...

martes, 1 de febrero de 2011

Versos de un alma condenada.

Despues de tanto tiempo escribiendo la historia "Runas de sangre", he querido hacer una pequeña pausa para escribir unos cuantos poemas que llevan esperando salir a la luz desde hace ya su tiempo; espero que los disfruteis leyendolos tanto como yo escribiendolos.
En unos dias espero haber acabado la siguiente parte de la historia y que os siga gustando tanto como hasta ahora; muchas gracias a todos por leer este pequeño blog y por esos comentarios que me hacen tanta ilusion.
Atentamente;
*Lady Yunea*





Dulce prohibicion, malditos recuerdos;
odio no poder olvidar ese momento.
Me deje llevar por algo que no debio pasar,
y tenlo por seguro, no me arrepentire, jamas.

Permitire a mi mente recordar lo que paso;
pero no pretendo dejar rastro de mi dolor,
pues se que lo correcto era decir no
y no dejarme engañar por la pasion.

No obstante deje a mi mente ceder el control,
obligue a mi conciencia a que bajase la voz;
me deje llevar por una dulce prohibicion...
sin siquiera pensar en si estaba bien o no.

En la vida disfrute tanto, lo admito;
pero se que simplemente fue un delirio,
una ilusion, un espejismo, un castigo,
una burla que me hizo el destino...

Y ahora, cuando cierro los ojos y lo pienso,
solo soy capaz de recordar ese maldito beso:
unos minutos en los que mi deseo fue intenso,
un recuerdo grabado a fuego en mi cuerpo...

Se que siempre intento hacer lo correcto;
pero se que a tu lado no puedo...
Y al cruzar nuestras miradas de nuevo,
pienso que eres cuanto deseo...






No quiero principes azules que me ofrezcan su corazon,
ni estatuas de hielo que se derritan con mi calor;
no quiero hombres lobo que presuman de virilidad,
ni guerreros que digan: mira, soy fuerte, ¡y audaz!

Yo lo que quiero es un vampiro, astuto y cruel,
que saboree mi sangre y me haga estremecer;
que me muerda, me bese y me diga:
Deseo beber y poseerte de por vida.

Quiero que entres en mi cama desde el balcon,
que me brindes una larga noche de pasion...
Atame, vendame, amame y hazme soñar,
mañana ya veremos si queremos mas...







Remember:
Life free... rest in peace...

Me gustaria recordar una frase que dije hace ya sus casi dos años:
"Siento que la vida
juega con todos nosotros a su capricho;
no entiendo por que debemos aguantar ser marionetas del destino..."

Asi pues, me despido con un pequeño homenaje que hice a la persona que me inspiro a escribir aquella frase, a la que mas he querido en mi vida y a la que nunca, jamas, podre olvidar...


Tras dias y dias de desesperacion...
tras ver gota a gota sangrar a mi corazon...
ya estoy hundida en este congelado mar...
por favor...rescatame...no me quiero ahogar...

Vale que no sepa nadar y si bucear...
mas no puedo mover mi cuerpo en esre mar...
mi ultimo suspiro llega... y no puedo mas...
No entiendo por que todo se esta complicando tanto...
no puedo creer que todo esto este pasando...

Y ahora... me miro al espejo...
y no se distinguir mi reflejo,
no se si soy capaz de seguir aguantando...
he de seguir caminando, ¿pero cuanto?

Solo quiero descansar...
cerrar mis ojos y el pasado olvidar...
sentir que no me has abandonado...
sentir que aun sigues a mi lado...

Muchos son los años ya sin ti...
y no se si soy capaz de seguir...
ojala aquel dia el tiempo se huibiese parado
ojala aun pudieras seguir a mi abrazado...




Gracias por vuestro tiempo.
No se si gustara; pero si se que es algo que necesitaba compartir con los demas.

miércoles, 19 de enero de 2011

Mareándolo todo un poco...

"Jack no es el mismo, eso es evidente... Apenas cruza sus ojos con los míos, no me habla, no quiere saber nada de mí, ¿tan mal he hecho en salvarle? Por qué sólo me entiende Morganna y aún así me dice que esta mal... -paré un momento a reflexionar, todo lo que había pasado desde que desperté empezaba a ser demasiado-. He matado a un vampiro, resucitado a otro y desafiado el curso de la historia... mm... no está mal, realmente supero mis meteduras de pata a un ritmo asombroso. Quizá Elanore tenga razón y deba volver a cambiarlo todo; Lord no va a volver a ser el mismo y eso me duele casi tanto como pensar en la idea de que..."

- Yunea... tenemos que hablar.

Me dirigí a la puerta mientras terminaba mi copa y la abrí: era Lord.
- Pasa...-ambos entramos-, dime¿qué ocurre?
- Yuny -comenzó a hablar mientras acariciaba mi rostro-, se que no quieres que muera; pero ambos sabemos que ése era mi destino y que al cambiarlo has alterado el futuro de maneras inimaginables... por favor te ruego que...
- ¿Por qué tengo que cambiarlo? Lord, te amo -rompí a llorar y lo abracé-, no quiero separarme de ti... no otra vez.

Lord no dijo nada, se limitó a abrazarme. Su silencio era puro dolor para lo que me quedaba de alma; yo no sabía qué podía decir, mi actitud era muy egoísta; pero... ¿por qué tenía que volver sacrificar a la persona amada por cambiar las cosas a mejor? ¿Qué motivo podría tener después de todos los años de sufrimiento que había pasado a lo largo de mis vidas humana y vampírica? No, me negaba a ello; el Universo tendría que encontrar otra manera de arreglárselas sin la muerte de Lord.

- Yunea, tendrás que hacerlo - suspiró profundamente, se separó de mi y prosiguió-. Lo que no sabes acerca de usar la sangre rúnica para cambiar el pasado, es que tiene consecuencias: el resultado final acaba siendo una lucha entre el usuario y lo que pretende cambiar. Lo que significará que de aquí a un tiempo, será inevitable que uno de los dos diabolice al otro.

Me alejé de él y observé su expresión: realmente decía la verdad.
"Diabolizarnos... ¿realmente vamos a acabar así?"

- De acuerdo, me arriesgaré pues a ello -Lord me miró sorprendido-. Si con esto puedo estar contigo un poco más, valdrá la pena... aunque ello signifique mi propia muerte.
- Estás loca.
- Sí, por tí. La gente suele llamarlo amor.
- Yunea, si te digo esto es porque te amo y no quiero hacer esto; por favor, vuelve al pasado y déjame morir...
- Si el caso fuese al revés... ¿tú me dejarías morir?

Lord estaba preparado para contestarme y lo habría hecho si no fuese porque, en ese preciso instante, Elanore irrumpió en la habitación:
- Mi niña, debemos irnos, vienen a por ti.

Lord y Elanore se pusieron manos a la obra con el dispositivo de emergencia que parecían tener preparado por si esto ocurría. Yo, sin apenas saber qué hacer, saqué una maleta y guardé armas, ropa y sangre de la despensa como intento de preparación ante lo que pudiere pasar una vez nos hubiésemos ido. Una vez terminé de prepararme, fui por Réginald y me dirigí a la entrada, Morganna, Chase, Lord y Elanore estaban preparados y esperándome junto a la puerta:
- Bien, ¿estáis preparados para hacer el ritual de sangre?
- ¿Ritual de sangre? -Me quedé sorprendida-. ¿De qué se trata?
- Todos tenemos que ofrecer un tributo de sangre para activar el pasadizo al siguiente escondite, esta vez, nos iremos a París.

Sin demora, todos ofrecieron su sangre a las runas de la puerta, asi que observé e imité a mis compañeros de viaje.
Aún trato de recordar cómo me desmayé y que pasó durante el camino a nuestro nuevo escondite; sólo sé que, cuando desperté, me encontraba tendida en el suelo de una lujosa mansión victoriana, decorada con rosas negras, arañas y calaveras sobre todo.

- Mi cabeza... -observé cuanto me rodeaba. Todo me parecía demasiado bello para ser verdad; si aquello era el paraíso o un sueño; no quería volver a la vida ni despertar.
- Yuny... ¡por fin has despertado! -Morganna vino corriendo a levantarme- ¿Qué? ¿Está todo tal como lo recordabas?
- ¿Recordar? ¿Acaso yo he estado aquí antes?
- Yuny... -su cara se tornó en una expresión de sorpresa y preocupación- Esta es tu casa, La Mansión Black Roses...
- ¿QUÉ ÉSTA ES MI QUÉ?

Y, por patético que resulte contarlo... me volví a desmayar.

A las horas, me desperté, esta vez estaba tendida en una lujosa cama con forma de ataúd rodeada de cortinas de encaje con motivos de rosas sangrantes y cruces célticas invertidas. Volví a quedarme embobada con la decoración, parecía sacado de una película de la época victoriana todo... salvo la cama.
Me incorporé y me dirigí a un espejo que estaba tapado con una tela negra. Inquietada, por recordar una situación parecida al despertar de mi sueño humano, examiné la tela cautelosamente antes de quitarla del espejo... efectivamente, era otro vestido y yo estaba completamente desnuda ante ello.

Me vestí y me observé atentamente en el espejo: mi aspecto físico era totalmente distinto, salvo por la forma de mi rostro. Mi pelo era corto y rojizo, mi estatura había aumentado, mis ojos ahora eran de color sangre y mis labios estaban pintados con un negro carmín.
El vestido que me cubría, de tonos morados, negros y granates, tenía corsetado en los laterales y la espalda y la falda tenia varias capas de tul y encaje superpuesto, realmente era precioso y me hacía parecer una muñeca de porcelana.

Busqué por la habitación en busca de algún complemento que cubriese mi cuello, no me costó demasiado esfuerzo; a los pies del ataúd había una cajita que contenía unos mitones de encaje negro, unos zapatos granates y un collar con pedrería morada. Me miré al espejo y, una vez satisfecha con la imagen que me ofrecía, abandoné la habitación en busca de un buen trago de sangre y una compañía a juego.

viernes, 12 de noviembre de 2010

¿Arrepentimiento? ¿Qué es eso?

Me senté frente a Réginald:
- No puedes hacerlo, Yunea, esto es de locos...
- ¿Osas oponerte a mí? ¿En serio?
- Yunea, si lo haces todo puede cambiar, tanto a mejor como a peor...
- Ya no tengo nada que perder... y lo sabes.
- ¿Ah, no? ¿Y qué hay de tu madre? Y Morganna, Chase; ¿ellos no cuentan?
- Escúchame atentamente, Reginald... He perdido a la persona que mas he amado en toda mi vida, y no pienso dejar que esto se quede así, pienso cambiar la historia y hacer que siga vivo, ¡al precio que sea!
- Me niego, Yunea, me niego a formar parte de todo esto, ¿me oyes?
- Eso me da igual, en tu estado no te queda más opción...

Cogí a Reginald, le posé en el centro de la sala en el suelo. Le miré atentamente, sabía que esto podía ser muy peligroso y que quizá no funcionase... pero no podía rendirme tan fácilmente.
"No debes hacerlo, niña; por favor, no lo hagas..."
- Lo siento, prefiero morir a ni siquiera intentarlo...

Mordí mi brazo y dejé brotar la sangre sobre Réginald.
Busqué entre la historia... muchas imágenes y voces recorrieron mi mente a la vez; sentía como si el pasado, presente y futuro correteasen juntos a la vez, mezclándose. Intenté concentrarme en el momento en el que Lord falleció... no me costó, a fin de cuentas, nadie puede olvidar el momento en el que la persona que ama muere en sus brazos...

Una vez encontré la página que me interesaba, entré de lleno, me busqué a mí misma y me hablé:
- Tu sangré le salvará, pero debemos hacerlo juntas, si no, no servirá de nada que nos esforcemos...
- Bien -me autocontesté-, hagámoslo...

Ambas, casi a la par, nos mordimos y entregamos nuestra sangre a Lord, quien bebió gran parte de ésta.
- Ahora debo irme; si todo sale bien, no tendremos que volver a vernos... -dije mientras me concentraba en salir-. Adiós.


Me desperté en el suelo, junto a Réginald. Él estaba silencioso y quieto, no dijo ni una palabra, pese a ser consciente de lo que había hecho para modificar la historia a mi gusto. Me levanté y me dirigí a la habitación de Lord. Allí estaban todos: Elanore, Morganna y Chase, rodeando a Lord, quien reposaba en la cama.
- Hola -no dije mas, me acerqué a la figura que reposaba en la cama.
- Mi niña... jugaste con la historia y ahora tienes que afrontar las consecuencias...

No daba crétido a lo que oía... "Afrontar las consecuencias... ¿Por qué?¿Acaso es otra persona? ¡Venga ya! Esto tiene que ser una broma."
Me acerqué aun más a la figura. Todo su cuerpo estaba tapado por las sábanas, incluído su rostro. Me armé de valor y destapé su rostro y cuerpo.
- Lord... ¿cómo te encuentras?
- Me noto... extraño.

Examiné su cuerpo con calma, tenia una runa grabada en la piel y, al igual que las demás, se movía.
"Esto es obra mía sin duda... pero al menos está vivo, eso es lo que me importa..."
- Yunea -me quedé atónita, Lord de normal siempre se dirigía a mí como "My Lady"-, ¿por qué te arriesgaste a salvarme la vida volviendo al pasado? Podrían haberte matado y que todo el esfuerzo que hicimos durante años no hubiese servido de nada...
- ¿Y? Tenía que hacerlo, sabes de sobra que yo no puedo con esto sola, te necesito a mi lado para ello...
- Eres una insensata... y no debieres volver a usar tu sangre para cambiar este tipo de cosas, ¿me oyes?
- Ya basta -contesté fríamente-. Está ya hecho, no pienso cambiarlo, ¿entendido?

Me dió la espalda y continuó descansando.
A continuación sali de la habitación, Elanore no tardó en seguirme:
- ¿Por qué no fuiste capaz de afrontar lo que tenia que ocurrir?
- ¿Por qué...? - las lágrimas empezaron a brotar inevitablemente -, ¿tú te habrías quedado de brazos cruzados si hubieses podido salvar a mi padre? No, y lo sabes.
- Mi niña, ¿no te has parado a pensar que quizá deberías permitirle irse? ¿Acaso sabes cuanta vida más le has podido otorgar?
- Eterna. A fin de cuentas, somos vampiros, ¿o no?

Me dirigí a la puerta y salí a la calle, necesitaba un baño en el lago sí o sí.

"No creo que por evitar una muerte todo se haya jodido tanto; pero aunque asi fuese... me da igual, sigue vivo, es lo que me importa."

Llegué al lago, me desnudé y zambullí en el agua. No recuerdo cuánto tiempo estuve allí, aún pienso que fue más de un día y que cuanto más me sumergía mejor me sentía conmigo misma... Por mucho que lo odiase, quizá Elanore tenía razón y tendría que haber dejado que la historia siguiese su curso... pero yo no podía hacer eso; necesitaba a Lord a mi lado, necesitaba seguir pudiendo contar con él y que siguiese riendo y llorando conmigo, hablándome y guardando silencio en busca de las respuestas a preguntas en las que perdernos horas y horas...

De repente, algo me apartó de mis pensamientos. Sentí como alguien caía al lago...
- ¡Auxilio! ¡No sé nadar!

Me dirigí hacia el punto del que provenía la voz; por suerte llegué a tiempo de evitar que un joven se ahogase en ese pacífico lago, le saqué de ahí y, una vez en la orilla, habiendo comprobado que su latir y respiración eran las adecuadas, me vestí y volví a mi casa. Por suerte aquel joven pudo contar con que, cuando la tormenta llega, el lago se llena...

Comprobé que no había nadie por la zona y volví a casa.
Al llegar, Morganna me esperaba con una copa de sangre en la mano:
- ¿Grupo, aditivo y alcohol?
- 0+, cocaína y sin...
- Yunea... -hablaba mientras se dirigía a la despensa y servía mi copa- yo estoy contenta de que hayas salvado a mi hermano, como es lógico; pero me preocupa que hayas podido cometer un grave error al haberlo hecho... por duro que sea para mí, ¿quién te dice que no se volverá contra ti -me dió la copa en mano- o si será mucho el tiempo más que podrá vivir...?
- Morganna... con sólo un día más de su existencia a mi lado, me parece que es suficiente razón para hacerlo y volverlo a repetir las veces que hiciesen falta...

Lord despertó y salió de la habitación. No fue capaz de dirigirme ni una triste mirada, sabía que algo le pasaba, pero desconocía qué podía ser. Morganna observó conmigo, en silencio, cómo Lord se dirigía a la despensa y se servía algo de sangre antes de sentarse en el sofá donde solía pasar las horas muertas.
No fui capaz de mirarle en cuanto se sentó ni de aguantar su silencio, era algo que me mataba por dentro... así que me encerré en mi habitación con mi copa, dejando a los dos hermanos tranquilos con las suyas.

jueves, 7 de octubre de 2010

Y llego la impotencia; hay cosas que no tienen remedio...

"Bienvenida, esta es la historia de tu vida, desde tu nacimiento hasta tu sustitución."

Me quede mirando fijamente a Reginald, a medida que él iba pasando sus propias hojas su voz inundaba mi mente, como si de una onda en expansión se tratase. Las páginas iban pasando una por una, mi mente se llenaba de imágenes constantemente, lo único que oía era la voz de Reginald, narrando y explicando todo cuanto pasaba.


- ¡¡Yunea!!
Desperté rápidamente del trance, Reginald resbaló de mis manos y cayó al suelo, cerrándose y fingiendo ser un libro normal y corriente. Me di la vuelta lo mas rápida que pude, procurando mantener la compostura.

- ¿Estás... llorando?
Mis ojos estaban llorando de manera involuntaria. Intenté pasarlo por alto y averiguar qué es lo que había pasado...
- Lord, ¿a qué viene tanto escándalo?
- ¿Mm..? ¡Ah! Sí. Elanore me mandó a buscarte, parece que tiene algo muy importante que decirnos...
- Entiendo... sea pues.

Nos pusimos en marcha. Lord estaba muy inquieto, apenas me miraba y no era capaz de pronunciar palabra alguna.
- Lord, ¿estás bien?

No hubo respuesta.


Al cabo de una media hora, nos encontrábamos en la catedral donde desperté por primera vez. Elanore nos estaba esperando en el umbral de la puerta.
- Jack, déjanos solas. Ya -Lord se quedo esperando en la entrada, Elanore y yo entramos dentro-. Querida, ¿realmente deseas saber quién es El Barón?
- Bueno... -dije pensativa-, Reginald me dijo que Víctor sólo era uno de sus secuaces, lo cual explica la facilidad de exterminio que tuvimos... pero no sé -comentaba mientras subíamos al segundo piso y me dirigía a la ventana-. Si aún hay alguien ahí fuera que pueda ser una amenaza para nosotros, prefiero asegurarme de que nadie más me robe mi vida...

Elanore se posó sobre mi hombro. Me miró inquieta, sabía que algo rondaba por mi mente y que no era nada agradable...
- Puedes preguntarmelo.
- ¿Ah?
- Hija, sé que esa pregunta ronda por tu cabeza. Y si realmente quieres saber la respuesta, sólo tienes que preg...
- Es mi padre, ¿verdad?

Elanore guardó silencio y asintió. Repentinamente, se dió la vuelta y bajó a la entrada.
- ¡Madre! -salí corriendo tras ella.

- ¡¡¡JAAAAAAACK!!!

Recordé entonces lo que me dijo Réginald.
"Entoncés oirás un grito desesperado y lo que más ames en este mundo desaparecerá ante tus ojos, sin que tú puedas evitarlo."

Cuando llegué al exterior, Lord estaba en el suelo:
- Lord, Lord, ¡¡LORD!!
- My Lady... hasta... siempre.

Aún trato de recordar exactamente lo que pasó a continuación... todo se volvió nubloso, mi cuerpo se desplomó sobre Lord, perdí el conocimiento.

Las horas siguientes trascurrieron como si la vida no existiese. Morganna y Chase me llevaron a casa y me tumbaron sobre la cama de Lord. Yo no era consciente de cuanto ocurría, las figuras pasaban constantemente a cámara rápida.
Elanore no se despegó de mi lado en ningún momento, intentaba hacerme reaccionar pero... para mí la vida sin Lord era un sinsentido, lo único que podía hacer era esperar que volviese o que mi hora llegase lo antes posible.

No recuerdo cuántos días pasé en este extraño trance, Morganna aún me asegura que fue todo un mes...




Salí de la habitación vestida con unas medias negras rasgadas cubiertas a media rodilla por una falda picada granate cubierta por un cinturón de calaveras que hacía de separación de mi cuerpo ya que, por encima, todo cuanto me cubria era una camiseta minimamente holgada de un morado oscuro con rosas negras deformes; y en mis manos, unas cadenas de plata.
Morganna y Chase se quedaron absortos ante la imagen:
- Yunea... -seguí caminando hacia la despensa, cogí una bolsa de 0+ y me dirigí ante Réginald- Oye... nosotros...
- Dejadme sola. Largaos de aquí, no quiero que tengáis que presenciar lo que va a ocurrir.

Pese a que Sentí sus miradas clavadas en mi espalda, en seguida abandoraron la casa, Elanore incluida. Sabían que me proponía hacer algo bastante serio y que necesitaba intimidad y concentración para conseguirlo, por lo que supongo que no desearon contradecirme...

lunes, 9 de agosto de 2010

Fuerzas invisibles...

"Vinculo de sangre... -no dejaba de darle vueltas a esas palabras, habian pasado dias y nadie habia mencionado nada del estilo- ¿que mas vinculos existen en el mundo vampirico? Elanore es mi madre, pese a estar convertida en una ardilla... y ella misma reconocio que siempre estuvo conmigo... eso es un vinculo materno; nada fuera de lo normal -me sumergi aun mas en el lago, lo bueno de no tener que respirar es que podia pasarme horas y horas ahi abajo...-. Chase esta en la cama recuperandose a base de la reserva de sangre de Lord... y Morganna casi pierde a su hermano y a su amor verdadero. Supongo que solo el vinculo de sangre es un tipo de union diferente, lo que no se es hasta que punto llega su poder."

No recuerdo cuanto tiempo estuve sumergida en el lago; solo que, cuando entre era de dia y cuando sali de noche. Por suerte el sol no me llego a quemar la piel; asi que, cuando sali del lago, me seque y vesti, no habia el mas minimo indicio de que habia estado mas de 15 horas expuesta al sol, en mas o menos profundidad.

Ya despejada, vestida y descansada, decidi regresar a casa... aun habia preguntas que no tenian respuesta, y no queria seguir esperando.
Llegue al portal. "¿De verdad quiero saber toda mi historia?" Mientras subia las escaleras me hice esa pregunta constantemente, hasta que llegue a la puerta. Me fije en las runas, se movian y brillaban. "Sera algo normal, supongo..."
Por desgracia no lo era, en cuanto toque la puerta grite y me cai al suelo.


- ¿Donde... estoy?
"Yunea, tu camino no ha hecho mas que empezar -la voz retumbaba, no veia nada, solo estaba yo, flotando en la oscuridad-. Victor no era mas que un secuaz del Baron. Recuerdalo bien..."
- ¿El Baron? ¡Espera! Necesito saber mas...

- My Lady...
Abri los ojos y comprobe que estaba tumbada en la cama de Lord con Elanore observando la escena:
- ¿Que... -musitaba mientras examinaba mi cabeza en busca de algun tipo de golpe- ha pasado?
- Mi niña, oimos un golpe en la puerta y, al abrir para ver que habia sucedido, te vimos tumbada en el suelo diciendo cosas sin sentido acerca de...
- El Baron. Madre, en el trance que sufri escuche una voz decir que Victor era un siervo del Baron. ¿Quien es ese personaje?

Lord se levanto. Elanore no supo muy bien como reaccionar ante mis palabras, su mirada delataba un miedo que nunca antes habia visto en un rostro de cualquier criatura...
"Ahora no puedo contartelo; pero prometo hacerlo, mi niña... Mientras tanto es mejor que no pienses mucho en ese asunto. Victor ya represento un problema, hizo reaccionar tu lado mas sanguinario y Jack aun teme que entres es un estado frenetico sin control."

Cerre mis ojos y me quede tumbada en la cama. Lord se acerco a mi, me beso dulcemente en la frente y salio de la habitacion. Elanore no tardo mucho mas en seguirle.

No recuerdo cuantas horas pasaron hasta que desperte. Aun era de noche, eso o ya habia pasado todo un dia... quien sabe.
Abri los ojos, mire a mi alrededor en busca de algo o alguien; pero cuando entre en el salon me di cuenta de que estaba sola y no habia nota alguna.
"Habran ido de caceria o a dar una vuelta sin mas... no voy a ser la unica que pueda permitirse ese lujo..."
Fui por una botella de 0+, esta vez habia una segunda etiqueta que indicaba los ingredientes secundarios, por lo que tome una 0+ sin aditivos extras; a continuacion me dirigi a una estanteria que habia cerca de la chimenea y busque el libro de las runas.


"Estas runas son una simbologia vampirica que se ha ido perdiendo con el paso de los años; pocos vampiros conocen su verdadero significado... -repitio la voz de Lord en mi mente mientras examinaba la cubierta del libro- aunque hay vampiros que intentan descifrarla, no terminan de conseguirlo totalmente; creen que es como hacer una traduccion normal; no son capaces de ver que no puede leerse simbolo a simbolo... -la voz cada vez se atenuaba mas- Cambian de forma y significado a medida que pasa el tiempo."

Mire fijamente el libro, no estaba muy segura de si queria descubrir toda la historia vampirica, pese a que estuviese escrita en mis venas... una cosa era custodiar la historia y otra muy diferente era curiosearla. No dejaba de pensar en que yo tenia el poder suficiente como para cambiar la historia a mi antojo, y quiza no a proposito; pero era razonable pensar en la posibilidad de que cambiase por mis deseos inconscientes.
Por otra parte, si no abria aquel libro no seria capaz nunca de comprender todo cuanto sucedia a mi alrededor, y mucho menos de averiguar quien era el famoso Baron... tenia que arriesgarme, si no lo hacia, jamas conseguiria acabar con todo cuanto me amenazaba a mi y a lo que yo representaba.

- Lord Jack, ¿no creeis que ya habeis consultado bastante a este viejo trozo de papel?
Grite y solte el libro:
- ¡¡¡HAS HABLADO!!! ¡¿COMO PUEDE HABLAR UN LIBRO?!
- ¡Auch! ¡Ten mas delicadeza niña entrometida! ¿Con quien crees que estas tratando?
- P...per...perdona, yo... ¡joder! Es que los libros normalmente no hablais con voz -dije intentando mantener la calma-, ¡sino con letras!
- En fin, niña entrometida...
- Tengo nombre -dije recogiendo el libro-, me llamo Yunea.
- Habeis regresado... oh, my Lady, ¿como os ha ido en el mundo de los mortales?
- Bueno... -me quede pensando en el cambio de humor del libro- podria decirse que me ha ido, simplemente...

Me sente en el sillon, seguia impactada por mi conversacion con el libro:
- Perdona mi impertinencia; pero, ¿cual es tu nombre?
- My Lady, soy Reginald, servidor y guardian de la historia vampirica.
- Encantada Reginald -fui acariciando la portada suavemente mientras hablaba-. ¿Puedes mostrarme el almacen escrito de la historia que porto?
- Por supuesto, my Lady, pero antes debeis pagar el precio, ya sabeis, vuestra firma inconfundible... con una gota sera suficiente.

Instintivamente, saque mis colmillos y mordi mi dedo lo suficiente como para que una gota de sangre cayese al centro de la cubierta. Reginald sorbio la sangre, se abrio por una pagina en blanco y comenzo a escribir la historia...


domingo, 8 de agosto de 2010

Condenada... dulce maldicion...

Pase el umbral y examine detalladamente aquel recibidor. Pude apreciar el estilo neoclasico de las columnas, combinado con un suelo de marmol blanco ligeramente grisaceo; las paredes, de granito cubiertos por una capa de barniz que le daba un toque amarillento y envejecido, estaban adornadas con todo tipo de obras renacentistas: desde retratos de La Mona Lisa hasta esculturas como El David. Lo mas triste de aquello, es que parecian ser las autenticas o, si no lo eran, eran carisimas copias hechas a conciencia para copiar cada milimetro de las obras...

Mientras contemplaba impasible aquella mini galeria de arte; Elanore se poso en mi hombro, echo un vistazo rapido a todo aquello y volvio a esconderse a vista de cualquiera, incluso de la mia. Comence a caminar en busca de algun tipo de vigilancia por video, sensor de calor y demas. No hubo exito, o eso pense, hasta que me acerque al final de aquel recibidor y vi que las puertas se abrian solas.
El mecanismo que las inducia aquello era sofisticado, no se inducia por el calor, sino por el olor. Quien hubiese diseñado aquello sabria perfectamente como distinguir los olores de los humanos y vampiros para tener presente quien se adentraba en sus dominios.

Asi pues, ya escaneada y con el acceso permitido, segui andando, dejando el recibidor atras y entrando en una sala con dos puertas a los laterales y otras dos escaleras que se unificaban en una a medida que los escalones bajaban. Esta sala no estaba especialmente adornada, supuse que era el salon por los cinco sofas que habia situados en "U", dos de ellos estaban situados en paralelo con las puertas y el quinto frente a las escaleras.
Las paredes eran de piedra, como la fachada del castillo, estaban cuidadas y envejecidas; deberian llevar ahi desde la edad media, si no mas... en el techo, colgando, habia una lampara de araña con candelabros dispersos por los varios circulos que rodeaban los cristales y piedras preciosas de la lampara.

Me sente en el sillon frente a las escaleras. Era tan comodo como bello, forrado con terciopelo negro y encaje en los reposabrazos y el cabezal, suave y mullido, pero con la rigidad justa para reposar la espalda adecuadamente y no quedarse dormido en ellos.
Elanore se poso sobre mi hombro y tomo una pose de alerta, "Mi niña, quiza no recuerdes quien vive aqui; pero yo si, ten cuidado y vigila cuanto digas... esta persona ya te traiciono una vez..."
"Traiciones y mas traiciones... ¿hay alguien en mi entorno, aparte de ti, Lord, Morganna y Chase, que no me haya traicionado o pensado en ello al menos...?" pense mientras una lagrima escapaba de mis ojos para morir en mis manos. Elanore volvio a acariciarme como muestra de su apoyo incondicional y le devolvi la caricia en agradecimiento por estar a mi lado.

Unas trompetas comenzaron a sonar y una figura descendio las escaleras:
- Bienvenue, mon cherrie!
- Salut...
- My Lady, no se la ve muy contenta de verme... ¿puedo preguntar por que?

"Esa voz... se parece a la de Victor... ¿es posible que sea el? Elanore, ¿donde me he metido?"
" Si, mi niña, es el; pero no te apures, no podra atacarte... en que salgas de aqui el ritual se habra completado y tu estaras a salvo."
- Victor, ¿tu estarias contento al verme si hubiese robado tus mejores años? No lo creo... asi que tendras que aceptar mi hostilidad hacia alguien como tu. Ahora, vayamos al grano, ¿a que se debe esta fiesta?
- Es una pena... una chica tan linda e inteligente como tu... y no eres capaz de ver que eres el centro de mi ambicion, mi alegria, mi dolor... -dijo mientras se acercaba a mi, me miro, hizo una pausa y prosiguio- Es una pena que eligieses a Lord Jack en mi lugar... el Conde Victor D'agricourt -cada vez se acercaba mas a mi y atenuaba mas y mas su voz, haciendola mas melodica y seductora-. Yunea, tuviste que elegirle a el... yo al menos me presente ante tus padres a pedir tu mano y no intente convencerte de que dejases todo a lo loco...

Hizo una pausa, me rodeo y continuo:
- Tu y yo hubiesemos conquistado el mundo -mientras hablaba yo percibi que intentaba abrazarme por la cintura, por mucho que lo intentase, no habia escapatoria: me tenia bien sujeta y cada vez me sujetaba con mas fuerza-. Todo habria sido para nosotros, lujo, sangre, placer...
- Ya, y nos hubiesemos casado -dije soltandome de sus brazos-, habriamos sido felices y comido perdices... ¿Tu te crees que yo voy a creer que todo lo que has intentado hacerme es porque me fui con Lord y no contigo? -escupi- ¡No te lo crees ni harto de drogas y alcohol!
- Eso tiene una gran y dulce solucion...

Me agarro del brazo y arrastro a la sala que habia tras las escaleras.
"Intentare liberarle, mi niña, intentare liberarle...". Elanore estuvo repitiendo esta frase una y otra vez.
"¿Liberar a quien? Joder, Elanore, ¡no entiendo nada!"
"Tranquila, mi niña... intentare liberarle."

- ¡¡¡SUELTAME!!!
- No, my Lady...
- No vuelvas a llamarme asi -le conteste y escupi; Victor, en respuesta, me tiro al suelo de la sala en un cuadrilatero que resulto ser una jaula-, no se a que te crees que estas jugando; ¡pero esta vez no te vas a salir con la tuya!
- Oh... ¿tu crees?

Me di la vuelta, temerosa de lo que pudiese encontrarme a mis espaldas. Vi a alguien tendido en el suelo: una melena larga y lisa, unos pantalones de cuero y una chupa a juego larga que cubria el resto del cuerpo...
- No... -musite.

Corri hacia el, le di la vuelta y, por desgracia, era Jack:
- My... Lady... -decia mientras tosia escupiendo unas gotas de sangre.
- No, Lord... no hables... bebe mi sangre y recupera fuerzas y salgamos de aqui... Elanore nos ayudara a salir de aqui.

Lord me miro, acaricio mi rostro y, de la manera mas disimulada posible,le di a beber...
- Eres un maldito hijo de puta... -mi ira iba en aumento- Vas a pagar por todo lo que me has hecho, por los años que me has robado, por la memoria que perdi... pero sobre todo por los mios... Morganna y Chase, los amigos que me arrebataste... -mi mente se quedo en blanco, y Elanore me lo conto todo- Pedro... ese padre al que mataste cuando su hija pequeña nacio... y Elanore... esa madre que hizo lo imposible por salvar a su hija de todos los males del mundo. No, Victor... de esta no te vas a librar -dije mientras Lord me indicaba que ya habia acabado de beber-. Esta vez, ¡vas a pagar de una vez por todas!

Lord se incorporo y salto contra la pared de la jaula tras la que se escondia Victor con dos de sus secuaces. Por desgracia para el, no conto con que Lord habia debilitado los barrotes lo suficiente como para que, al incorporarme y acercarme hacia la jaula, fuese capaz de tirarla con el mas rabioso de mis puñetazos.
- ¡ SE ACABO! Victor D'agricourt, ha llegado la hora de que pagues por tus delitos -me acerque a sus secuaces, les mire y les arranque la cabeza a ambos. Le pase una de ellas a Lord, quien la acepto con sumo gusto-. A tu salud, condecito del corral...

La gente comenzo a gritar e irse del castillo a empujones.
- Vaya, que pena... se van a perder el espectaculo -rio Lord mientras sorbia las ultimas gotas de sangre de la cabeza ofrecida.
- Mejor no preocuparse, cuanta menos gente, a mas tocamos.

Y me lance sobre Victor:
- ¿Sabes? En parte esto es lo que querias para mi... Lujo... sangre... y placer... Por fin vas a poder darmelo todo... ¡incluso tu vida!

Lord intento controlarme; pero no lo consiguio. Cuando solte a Victor, ya habia muerto. Le succione su sangre, su vida y su alma. Elanore aparecio y subio a mi hombro, volvio a acariciarme mientras una lagrima fluia por su piel y chocaba con la mia:
- Mi niña...
- Mama... lo siento -y rompi de nuevo a llorar.
- Yuny... soy yo quien lo siente... no te lo conte en su momento y... yo...
- Mi señora Elanore, no quisiera interrumpios a ninguna de las dos; pero temo que debo recordarle que este sitio debiere ser purificado.
- Gracias, Jack, me alegra ver que sigues tan atento y calculador como siempre... espero que sigas con esa buena memoria y recuerdes que debes cambiar ciertas etiquetas...
- Jajaja -Lord se sonrojo al oir esa ultima frase-, la verdad es que teneis razon, mi señora; cambiare las etiquetas... pero ahora debemos regresar a casa.

Y, los tres juntos, regresamos a casa de Lord.


- ¡Jack! ¡Jack, abre!
Mire a Lord sorprendida, Elanore se oculto entre mi vestido, Lord en respuesta subio corriendo las escaleras. Yo le segui como pude, nunca fui una gran atleta, pese a mi fuerza y agilidad; una vez arriba vimos a Morganna aporreando la puerta y aclamando a Lord sin parar.
- Hermana, ¿que ocurre?
- Jack -se abalanzo sobre su hermano llorando-, me tenias preocupada, ya pense que te habia perdido.
- Morganna, tranquilizate -dijo Elanore mientras saltaba a mi hombro derecho-, Jack, sera mejor que abras y entremos dentro a hablar... aun tenemos riesgo de que alguien nos espie aqui fuera.
- Elanore... -asintio ante ella.

Lord abrio la puerta y entramos todos. Ayude a sentar a Morganna, aun estaba entre nerviosa y asustada; Elanore -si, se me hacia raro llamarla mama... no se por que, no me hacia a la idea- se sento sobre su regazo, en un intento de consolarla. Yo me dirigi a la habitacion de Lord, a hablar con el; quien me iba a decir que nada mas entrar iba a encontrarme tendido en la cama a...
- ¡Chase! -Palida, como una rosa blanca, me acerque a el- ¿Que te ha pasado...?
- Hola pequeña -susurro medio ronco y tosiendo ligeramente-, ¿que tal la excursion?
- Bien... acabamos con Victor de una vez por todas... ahora ya puedes dejar de llamarme pequeña -ambos nos reimos calmados por la situacion-. Sera mejor que bebas mi sang...
- No. Me recuperare; pero sin tu sangre. Lord puede beberla porque es con quien compartes tu vinculo de sangre, el es quien, si a ti te pasase algo, se encargaria de custodiar y guardar eso que corre por tus venas...

Me incorpore y sali de la habitacion.
- My Lady...
- No. Ahora no quiero que nadie me moleste.

Y me fui, como no; a bañarme al lago.