Entre. Todo me era extrañamente familiar.
Un pasillo estrecho, adornado con unas viejas fotografias de unos niños que se abrazaban y sonreian alegremente; un salon acogedor con una chimenea encendida, rodeado de unas pocas columnas de arquitectura romana, decoradas de la manera mas funebre y siniestra que jamas habian visto mis ojos y, en medio, un sillon que guardaba una figura de tierna voz...
- Al fin has llegado, my Lady.
Sorprendida, me acerque a la voz, poco a poco y respondi con frialdad.
- ¿He tardado demasiado, my Lord?
- Bueno, cien años son pocos; pero creo que hasta para ser tu te has excedido... my Lady.
- Cien...-susurre- años... ¿Que clase de broma es esta?
- Oh... sigues sin recuperar la memoria... entiendo. Supongo que no te mi nota no te dio demasiadas pistas, ni siquiera tu vestido, ni tu parasol -sus palabras se iban apagando con cada pausa-. Quiza ni yo mismo te haga recuperar las palabras... a fin de cuentas, mi sangre no es tan digna de ser tuya ahora como lo fue años atras. Si, deben haber cambiado muchas cosas desde nuestro ultimo encuentro, my Lady.
- No se de que me hablas, ni se si quiero saberlo; pero si quiero saber una cosa... ¿por que rayos me llamas "my Lady"?
- Dime una cosa, Yunea, ¿que sentiste al levantarte y ver que tu boca sabia a sangre? ¿Te embriago sentir el sabor del fuego y el metal? ¿Te excitaste mientras notabas como la sangre recorria tu cuerpo?
Me quede muda. No fui capaz de articular palabra, a medida que sus palabras brotaban a mi mente invadian las sensaciones que describia. Mi mente sacudio todos sus recuerdos y cai, gritando de nuevo desesperada; las fotos, que hasta ahora habian sido imagenes plasmadas en una pared, cobraron vida y esos dos niños comenzaron a correr alegremente por un campo. Me sorprendi, pues a medida que caminaban crecian... hasta que se convirtieron en dos veinteañeros.
Desperte del trance y comprendi lo que sucedia; nosotros eramos esos niños. Y ahora el estaba ahi, esperando frente a mi, mirandome fijamente a los ojos, sosteniendo una rosa y una copa con sangre. Sonrio y me las ofrecio:
- Bienvenida a casa, my Lady.
Y me abrazo.
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Si que se te da bien narrar, sobre todo en primera persona. Eso y que me encanta leer "Lord" y "Lady" sea donde sea xD
ResponderEliminarEspero que sigas escribiendo más.^^
El pasado, ese gran desconocido...
ResponderEliminarBuen relato YuneA! :)